Respuestas sobre comer Tofu o no hacerlo, encontrarás muchísimas en Internet. Es más, puedes volverte loco/a tratando de descifrar si lo que dicen es cierto o no. Es demasiada la cantidad de información que existe al respecto. A esto, sumemos que algunas de esas respuestas vienen en un lenguaje con el que no estamos familiarizados o es muy técnico y a menos de que tengas un amigo doctor que te vaya traduciendo, lo mas probable es que termines super confundido/a.
Por ésto ultimo, te sugerimos que antes de realizar cualquier cambio en tus hábitos alimenticios, consultes con tu médico y más esencial aún es que intentes conectarte contigo y aprendas a escuchar tu cuerpo. Éste siempre se manifiesta de alguna u otra forma, lo importante es aprender a notar lo que nos quiere decir.
En este artículo compartiremos nuestra visión sobre el Tofu. Éste pertenece a una lista larga de alimentos que nos ayudan a jugar en la cocina, nos ayuda a reemplazar de forma exitosa, ingredientes que habitualmente serian de origen animal, llegando a resultados que sorprenden. También pensamos que si manipulamos soya orgánica y no utilizamos conservantes mas que los naturales al momento de elaborarlo, entonces no destruimos lo que los monjes en sus comienzos quisieron entregarnos. Un alimento sano que nos permite jugar y nos nutre a la vez.
Te mostraremos como hacer una leche de soya, luego, verás como de ésta tan sencilla, podemos obtener a través de un proceso parecido al de la elaboración del queso, un tofu de consistencia compacta, sabor neutro y que te permitirá experimentar con él fácilmente.
Los ingredientes que necesitamos para esta fácil y económica receta, son:
El jugo de 3 limones.
3 tazas de poroto de soya.
Agua filtrada, aproximadamente 5 litros (si no tienes agua filtrada, deja el agua reposar en la intemperie durante la noche para que evapore el cloro).
Como materiales de apoyo también necesitaremos:
-Una olla
-Una licuadora
-Un colador
-Una fuente profunda de tamaño medio
-Un paño de 40 x 40 aprox. que permita filtrar. Puede ser algodón o una tela de punto cruzado.
Paso 1
Como primer paso, dejaremos el poroto de soya en una fuente y lo cubriremos con agua. Asegúrate que la fuente que uses sea profunda ya que deberás colocar por lo menos 3 veces mas agua que el volumen del poroto. Recuerda que las legumbres aumentan muchísimo su tamaño al ser hidratadas y al igual que los otros tipos de poroto, la soya debe permanecer en remojo por un mínimo de 8 horas, antes de ser cocinada, este proceso es muy importante porque logramos dos cosas; activar el grano para hacerlo digerible y ablandar su cascara, lo que nos ayudara con el paso siguiente.
Paso 2
Sin quitar los granos de la fuente en que los remojamos y en donde aún debe quedarnos agua, procederemos a pelar la soya. Para esto, frotaremos los granos utilizando nuestras manos, veremos como comienza a desprenderse de éstos el hollejo que los cubre. Es muy simple, no debemos aplicar fuerza, sólo es cuestión de paciencia, casi terapéutico, quizás hasta un momento grato para meditar.
Mientras más logremos quitar la cáscara de los porotos, mejor será el resultado final.Este hollejo cambia mucho el sabor de la leche, por ende también lo hará con nuestro tofu y no queremos eso.
Para cerrar este proceso, limpiaremos con agua los porotos, tratando de quitarles los restos de cáscara que se quedaron pegados al momento de pelar. Cuando veamos que ya no nos quedan más, estaremos listos para hacer nuestra leche.
Paso 3
Si la licuadora que vamos a usar en este punto, no es de alta potencia, entonces tendremos como resguardo el ir procesando muy de a poco para evitar fundir la máquina. Llenaremos sólo una taza con el poroto de soya hidratado y pelado, lo colocaremos en la licuadora y seguidamente verteremos, 2 tazas con agua filtrada, cerraremos la licuadora con su tapa y la dejaremos procesar ambos ingredientes durante 2 minutos. El líquido resultante lo reservamos en una fuente y continuaremos repitiendo el proceso, taza por taza hasta acabar con los porotos.
Paso 4
Para continuar, colocaremos el colador sobre una fuente y sobre éste, pondremos la tela que nos servirá como primer filtro. Con cuidado y de a poco iremos arrojando sobre la tela, la mezcla resultante del proceso anterior. Observaremos que irá quedando en la tela, toda la fibra del poroto, mientras que en la fuente, irá decantando la leche que necesitamos.
Tenemos que ayudar a acelerar el proceso de filtrado, porque de lo contrario estaremos una eternidad esperando a que la gravedad haga el trabajo por nosotros.
Para esto, uniremos los extremos de la tela, tratando de hacer una especie de moño. Con una de nuestras manos, sostendremos firmemente este "moño" y con la otra, tomaremos la base que se formó ( algo parecido a una bola) asegurándonos que no se escape el contenido. Seguido, torceremos en sentido contrario nuestras manos, haciendo de prensa. No se necesita aplicar mucha fuerza, solo la necesaria como para ir viendo como cae la leche.
Tendremos que ir repitiendo este paso hasta filtrar toda la mezcla que conseguimos con la licuadora. Nos ira quedando por un lado, la fibra del poroto en el paño (que no debemos tirar porque se utiliza para hacer un tipo de queso) y por el otro, una leche que tenemos que cocinar. (no se puede beber cruda)
Paso 5
Pondremos la leche resultante en una olla y la llevaremos a cocinar en un fuego medio/alto, hasta que rompa el hervor. Cuando ésto suceda, debemos continuar cocinándola por 15 minutos más.
Durante todo este tiempo, tendremos que revolver constantemente la leche para que no se nos pegue en el fondo de la cacerola, también debemos ir retirando con una cuchara la espuma que se formará a medida que vaya tomando temperatura. También veremos que se forma una especie de nata, muy similar a lo que pasa con la leche de origen animal, ésta debemos quitarla al igual que con la espuma. Hay que estar atentos porque la nata y la espuma se formaran durante todo el tiempo de cocción, por lo que no puedes descuidar la cacerola.
Transcurrido los 15 minutos de cocción, debemos apagar la olla, retirarla de la cocina y dejarla reposar en un lugar fresco durante aproximadamente 20 minutos. Lo que buscamos, es bajarle la temperatura a la leche, más no enfriarla. Necesitamos que esté tibia para poder continuar con el ultimo paso de esta receta.
Paso 6
Una vez conseguida la temperatura deseada, agregaremos el jugo de los 3 limones, ésto hará que comience a cuajar la leche, tal cual sucede cuando hacemos queso. Se demorará al rededor de 1 hora en que el cuajo esté listo, por lo tanto, una vez agregado el jugo de limón, debemos tapar la olla con un paño y dejarla reposar tranquilamente. El limón hará su magia.
Pasada la hora, tendremos un cuajo perfecto y listo para prensar. Para esto, necesitaremos otra vez, la fuente, el colador y el paño que usamos en el proceso del filtrado de la leche.
Montaremos otra vez el colador sobre la fuente, seguido colocaremos el paño encima del colador y sobre éste, verteremos el cuajo.
De la misma manera en la que anteriormente hicimos con la leche, tendremos que ayudar a prensar el cuajo con las manos. Tomaremos las puntas del paño, las juntaremos formando una especie de moño, para luego torcerlo ejerciendo presión sobre la bola de cuajo que se formará dentro del paño.
Cuanto notes que ya con tus manos no logras extraer mas suero, entonces es el momento de dejarlo en paz.
Volveremos a poner el paño (con el cuajo dentro) encima del colador y buscaremos una fuente pequeña que llenaremos con agua. La pondremos sobre el colador para que nos haga de prensa con el cuajo. Dejaremos reposar por alrededor de 4 horas mas y ya está.
Al abrir la tela te encontraras con tu pieza de tofu, lista para comer!
Quisimos entregarles con mucho cariño esta receta, porque es económica y sencilla.Sentimos que tenerla como apoyo en sus hogares podría ayudarles a explorar nuevos caminos.
Personalmente, durante los 11 años que llevo aprendiendo sobre el mundo vegetal y como alimentarme en base a él, veo en el tofu, un alimento muy completo que nos ayuda a generar un cambio. En mi caso, éste me permite jugar ampliamente con los sabores y sensaciones, lo que ayuda a la hora de gestionar ansiedades y carencias. También su aporte nutritivo nos muestra que no es necesario generarle sufrimiento a otros seres vivos para poder mantenernos sanos y crear un arte gastronómico.
Te sugiero le des una oportunidad a ese maravilloso alimento si nunca lo has comido y si ya lo haz hecho, te invito a que le des una oportunidad a esta receta.
Inténtalo! Seguro , algo nuevo te va a revelar .
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